Desde hace ya varios años en el CC San Pedro y San Felices de Burgos llevamos a cabo durante el mes de abril una experiencia denominada “Audiciones”.
Se trata de un “regalo” de los profesores a nuestros alumnos. Nuestro principal objetivo es transmitir que a nosotros nos gusta leer, queremos ser buenos modelos lectores y compartir con ellos un rato en compañía de un buen libro.
Cada año, el claustro de profesores elige un tema para la selección de libros que vamos a proponer a los alumnos: “El descubrimiento de nuestro entorno natural a través de la literatura”, “literatura de terror y suspense”, “libros de película”, “libros seleccionados por los alumnos”… Decoramos el centro con carteles de los autores y de las obras que se leerán; con lo cual, esos días anteriores y posteriores a la experiencia, en el centro se respira cierto aire literario en las aulas, pasillos y en corrillos en el patio durante el recreo.
Los profesores que participan en la experiencia, alrededor de treinta y cinco, eligen un libro y seleccionan un fragmento que consiga “enganchar” a los oyentes.
El día señalado, las actividades habituales del centro se paralizan durante una hora en todos los niveles y los alumnos acuden con su entrada a las diferentes aulas donde se desarrollan las audiciones en grupos heterogéneos en cuanto a la edad.
Habitualmente dividimos a los alumnos en dos niveles, uno agrupa a niños desde infantil hasta 4º de primaria y el otro desde 5º de primaria hasta 2º de bachillerato.
Al día siguiente de la actividad, los tutores pasan una encuesta a los alumnos para su valoración y con propuestas de mejora para el curso siguiente, también se pasa dicha encuesta a los profesores participantes.
Por último, siempre buscamos un espacio para implicar a las familias en esta actividad. Con la colaboración del AMPA, y sirviéndonos del maravilloso recurso comunicativo de que disponemos en el centro que es la emisora de radio, invitamos a las familias a que se acerquen al centro y “regalen” también la lectura de un buen libro que escuchar en aulas, hogares y en el barrio.
Estas actividades y muchas otras forman parte de una larga trayectoria en innovación educativa y que han merecido diferentes reconocimientos a lo largo de los años, como el primer premio nacional de investigación educativa (compartido) en el año 1998 o el premio a la innovación educativa de la junta de Castilla y León en el año 2009-2010, con el PIE denominado “el descubrimiento de nuestro entorno natural a través de la literatura” del que os dejamos una presentación en este enlace.
https://www.youtube.com/watch?v=liv2FTRljpc&list=PLB04B7E596C205C64&feature=player_detailpage
카지노사이트 |
카지노사이트 |
바카라사이트 |
카지노사이트 |
우리카지노 |
우리카지노 |
En la Edad Media, vender no era solo cuestión de tener un buen producto, también era saber moverse en ferias, castillos y pueblos. Los mercaderes aprendían a destacar entre la competencia usando todo tipo de trucos para llamar la atención. Si alguien quería comprar espadas, por ejemplo, no bastaba con tenerlas: había que mostrarlas como símbolos de honor, fuerza y protección. Y eso, lo sabían muy bien.
La tienda medieval no era como las actuales. Eran puestos desmontables que se montaban en mercados o ferias. El truco estaba en colocar los objetos más valiosos al frente, usar telas coloridas, escudos con emblemas y, si se podía, demostrar el uso del producto en directo. Un herrero afilando una hoja en plena calle, por ejemplo, era el mejor anuncio posible.
Los vendedores sabían que si no gritaban, no vendían. Gritaban precios, beneficios y lo que hacían sus productos. En especial con las espadas, muchos hacían demostraciones cortando cuerdas o golpeando madera para probar su calidad. También era común aceptar trueques: cambiaban armas por comida, caballos o favores políticos. Todo se negociaba.
Colocar una tienda de espadas cerca de un castillo o en el camino a un torneo era una movida inteligente. Los nobles y caballeros eran clientes frecuentes, y si un vendedor ganaba su confianza, se corría la voz. Además, si el herrero tenía buena fama por la resistencia de sus hojas, eso le aseguraba clientes de por vida. La reputación era tan importante como el producto.
Las tácticas de venta medievales eran una mezcla de teatro, ingenio y necesidad. Hoy en día, muchas estrategias siguen funcionando con otro nombre, pero el objetivo sigue siendo el mismo: destacar, convencer y vender. Si te interesa este mundo, échale un vistazo al artículo sobre nuestra tienda medieval, donde verás cómo estas tradiciones siguen vivas.