ESCRÍBELE A TU PERSONAJE
Escrito por Bitácora FOMENTO DE LA LECTURA, martes 3 de mayo de 2016 , 10:17 hs , en GENERAL

Con motivo del IV Centenario de la muerte de Miguel de Cervantes y William Shakespeare, la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León, con la colaboración de El Norte de Castilla, ha convocado un concurso donde propone a los alumnos que escriban una carta manuscrita a algún personaje de las obras de estos dos grandes autores.

La temática es libre; puede ser en prosa o en verso y se puede redactar tanto en castellano como en inglés.

Se establecen dos categorías:

Categoría A: centros que imparten enseñanzas de educación infantil, primaria y educación especial.

Categoría B: centros que imparten enseñanzas de educación secundaria, bachillerato, centros específicos de FP, centros de adultos, centros que imparten enseñanzas de régimen especial.

 

El plazo para enviar las cartas finaliza el 20 de mayo de 2016

Más información sobre el concurso: Pincha aquí



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  • mobile de nl el lunes 1 de junio de 2020, 13:47 hs
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  • Gloria López Gallego el martes 2 de septiembre de 2025, 10:09 hs

    Revisiones de extintores hoy en día

    En un país donde la normativa de seguridad contra incendios no se redacta para llenar páginas del BOE, sino para evitar tragedias, conviene recordar una obviedad que muchos prefieren olvidar: los extintores no son decoración de pared. Son la primera línea de defensa frente a un fuego inesperado, un aliado silencioso que solo se manifiesta cuando la chispa amenaza con convertirse en desastre. Y, sin embargo, la pregunta persiste: ¿están esos cilindros rojos preparados para responder? La respuesta depende, inevitablemente, de si se cumplen o no las revisiones de extintores establecidas por la normativa vigente.

    La función vital del extintor y su revisión

    El extintor es un artefacto tan humilde como imprescindible. No presume, no ocupa titulares hasta que alguien lo echa en falta, pero puede marcar la diferencia entre un pequeño susto y la pérdida total. Ahora bien, ¿de qué sirve tenerlo si, al momento de usarlo, resulta inservible? Aquí radica la trascendencia de las revisiones: garantizar que ese cilindro de metal cargado de polvo, espuma, agua o CO₂ cumpla con su cometido cuando el fuego no avisa.

    En la actualidad, la normativa española, respaldada por el Real Decreto 513/2017, establece con claridad la obligación de inspecciones periódicas. Y no, no basta con mirarlos de reojo al pasar. Hablamos de comprobaciones minuciosas, registros documentados y retimbrados que aseguren la plena operatividad del equipo. Porque confiarse al azar es, en cuestiones de incendios, una imprudencia letal.

    Conviene subrayar que un extintor no es eterno. Su vida útil está sujeta a controles que dictan su fiabilidad. Pasar por alto esta verdad es invitar al riesgo sin que nadie te lo advierta.

    ¿Qué implican las revisiones de extintores hoy en día?

    La revisión no consiste en un gesto simbólico. Se trata de un procedimiento técnico que incluye fases tan necesarias como poco visibles. Entre ellas:

    • Inspección visual: corrosión, fugas, golpes, daños estructurales. Nada debe pasar inadvertido.
    • Control de presión: el manómetro revela si la carga se mantiene en parámetros seguros.
    • Pesaje: una variación significativa del peso puede delatar fugas imperceptibles.
    • Sello de seguridad: indicador inequívoco de que nadie lo ha manipulado ni usado indebidamente.
    • Caducidad: sí, los extintores también expiran y su agente extintor pierde eficacia con el tiempo.

    No hablamos de caprichos técnicos, sino de pasos imprescindibles para confirmar que, llegado el instante, el extintor responda. Un detalle menor puede ser la diferencia entre controlar el fuego en segundos o contemplar cómo avanza sin resistencia.

    En esta materia, la revisión de extintores no solo es recomendación, es obligación legal y responsabilidad ética.

    Revisiones obligatorias y retimbrado

    La legislación distingue entre inspecciones trimestrales, anuales y revisiones más exhaustivas cada cinco años. Las primeras, responsabilidad del usuario, garantizan accesibilidad, señalización visible y estado general. Las segundas, a cargo de empresas autorizadas, profundizan en aspectos técnicos, recargas y comprobaciones internas. Y el retimbrado, esa prueba hidrostática que muchos ignoran, certifica la resistencia del envase bajo presión extrema.

    El retimbrado no es un trámite burocrático. Es la certeza de que el recipiente aguantará en condiciones críticas. Y si no supera la prueba, ese extintor no debe seguir colgado. Un error aquí es un riesgo inadmisible, porque el fuego no da segundas oportunidades.

    Todo esto enlaza con la necesidad de estar informados y actualizados. De ahí la utilidad de acudir a fuentes fiables, como un blog sobre protección activa contra incendios, que ofrece pautas claras, novedades normativas y consejos prácticos para usuarios y responsables de instalaciones.

    Tipos de extintores y su mantenimiento específico

    Conviene recordar que no todos los extintores son iguales. Existen los de polvo polivalente, eficaces contra la mayoría de fuegos domésticos; los de CO₂, idóneos en instalaciones eléctricas; los de agua o espuma, habituales en entornos industriales y de restauración. Cada uno requiere un mantenimiento ajustado a su naturaleza. Ignorar esta diversidad es reducir la seguridad a un gesto vacío.

    Un extintor de CO2, por ejemplo, exige controles de presión distintos a los de polvo. El de espuma puede verse afectado por cambios de temperatura o agentes externos. Y todos, absolutamente todos, demandan revisiones periódicas si se pretende que cumplan su función.

    Consejos prácticos para garantizar la seguridad

    Más allá de la normativa, hay gestos sencillos que multiplican la eficacia de los equipos contra incendios:

    • Comprobar accesibilidad: el extintor no debe estar escondido tras un mueble ni servir de perchero improvisado.
    • Capacitar al personal: un extintor inútil es aquel que nadie sabe usar. La formación es tan vital como la carga interna.
    • No posponer revisiones: las emergencias no esperan al técnico autorizado. La disciplina en los plazos salva vidas.
    • Registrar todo: llevar control documentado de inspecciones, revisiones y retimbrados es garantía frente a sanciones y, sobre todo, frente a imprevistos.

    El coste de la negligencia

    La multa administrativa por incumplir la normativa es lo de menos. Lo insoportable es la responsabilidad de haber tenido a mano un extintor inservible en el momento en que más se necesitaba. Un descuido tan simple como no mirar la fecha de caducidad puede acabar en tragedia. Y en estos casos, la excusa nunca compensa la pérdida.

    Así que, los extintores son guardianes discretos de nuestra seguridad. No necesitan atención constante, pero sí revisiones periódicas, profesionales cualificados y un respeto escrupuloso a la normativa. Su correcto mantenimiento no es una opción, es un deber. Cumplir con él significa estar preparados, proteger vidas y reducir al mínimo el riesgo de que un incendio se convierta en noticia. Y si algo distingue a una sociedad responsable, es no esperar a que arda la primera chispa para recordar que los cilindros rojos de la pared merecían, hace tiempo, un vistazo atento.